La Loíza es un reloj en la madrugada
son pocos los que la transitamos
un travesti que hace señas a los carros
el que recoge latas
el que recoge latas
los que vienen en bici desde Isla Verde
la que abre el portón de la escuela
las dos que caminan
ya
con sus redecillas puestas
y yo
que como otros tantos
esperamos la guagua
Hay algo de aterrador en esperar en sitios
como la Avenida De
Diego
que los árboles que cobijan de día
en esas horas de oscuridad
son gigantes que amenazan con tragarte
la Loíza está prendida
de brazos abiertos
cargada de muchos
que
como yo
salimos sin desayunar
para llegar a tiempo al trabajo
somos muchos
la guagua va llena a esas horas
todos son muy corteses
nos miramos con la complicidad
de sabernos
de entendernos
todos medimos el tiempo
con el rigor de un reloj
un minuto basta
para que te deje la guagua
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