lunes, mayo 26, 2014

Crónica de Local

El Local es un antro, mi amigo José le insiste a mi hermana que no es lugar para una mujer de su edad, whatever that means… A mí me encanta el lugar, ella también va, le aclara mi hermana; como si el que yo fuera lo hace más apto para una mujer de su edad. Si Alexa va, que yo vaya no es nada, me la imagino… Pero lo que me gusta del local son esos aires de que quien va allí está al garete o es artista o es un artista al garete… con eso no digo que todos los que vamos estamos en esa categoría, sino que esa es la pinta del sitio.  Que, de hecho, tiene sus paredes pintadas, todas, salvo la que queda frente a la barra que tiene un mapa inmenso con unas anotaciones de los lugares que han visitado “los locales”. Las anotaciones son unas bicicletitas de lo más simpáticas porque los de El Local son también del Bicijangueo, así que parte del arte que una mira en las esquinitas de la entrada está asociada a eso de las bicicletas. Son los pequeños detallitos de El Local lo que lo hacen un sitio que da gusto mirarlo, porque cuenta la historia de sus “locales”, de un grupo que crece y se expande, pero que se compacta… como todo hype.
El Local era una casa… ancestralmente hablando, ahora goza de ser un espacio de jangueo, de ver pelis y teatro, y bandas y cantantes, y circo y gente peculiar, y la que no lo es tanto... Increíblemente los baños están en condiciones decentes en la mayoría de las ocasiones y también tienen grafitis, de Poncili, me parece. El Local nunca empieza a la hora que dicen, que si dice a las 9 será después de las 10 y así… En ese sentido me parece orgánico, esa cosa de que ancestralmente haya sido una casa hace que se sienta muy gregaria la cosa, como si entraras a la casa de alguien que tiene casualmente un super party, pero tienes que pagar tus bebidas… Tiene una salita en la que se puede jugar Wii, pero como soy muy mala en esos juegos, prefiero el sofá de la entrada o el que queda al lado de la barra, que debo decir, que el bartender que mejor me cae le dicen Potro. Lo conocí una vez en un bbq de un amigo y me parece humildón, una vez vi que le dijeron “La Potranca”.
Veo El Local como una metáfora de la ciudad, como la casa de la gran familia, como otro local más de esos que algún día uno preguntará: te acuerdas de El Local, como cuando uno pregunta: te acuerdas de Longbranch…




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