Estaba en un estacionamiento extrañamente
vacío cuando oí los llantos de un recién nacido. Miré a mi alrededor y no había
nada ni nadie. Caminé circulando el área donde estaba y cada vez el
llanto se hacía más intenso, pero en cuanto más buscaba, el estacionamiento me
parecía más vacío y oscuro. Los llantos se convirtieron en unos chillidos
espantosos. Ni siquiera me preguntaba qué hacía allí ni por qué el
estacionamiento estaba tan vacío. Corrí
un poco y los sollozos se volvieron feroces, salvajes. Sentí una hincada en la
espalda que hizo gritar. Me sacudí el
abrigo y vi en él a un gatito desfigurado que se aferraba con uñas y dientes a
mi cuerpo. A este pequeño monstruo lo llevo cargando desde ese día y no me
permite despertar.
vuelo, a veces lo siento y me lo creo y me veo a media sonrisa... volando
Etiquetas
- Crítica social
- Crónica
- Holistica
- aforismo
- ayahuasca
- carta
- ciencia ficcion
- creacion
- creación
- critica arte
- critica literaria
- critica social
- cronica
- cuando era niña hablaba como niña
- cuento
- cuentos
- cuentos de hadas
- ensayo
- holistico
- horror
- horror-real
- infantil
- narrativa
- poesia
- poesía
- prosa
- publicidad
- relato
- reseña
- sci-fi
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario