jueves, febrero 21, 2013

de la música y la poesía



EL PRELUDIO EN RE BEMOL (de Ofrenda a Chopin)
Carmela Eulate Sanjurjo

La lluvia torrencial con gruesas gotas
golpea la techumbre de su celda,
y sentado el artista, ante su piano
la vuelta de la amada, ansioso espera.
Su corazón palpita con angustia
en su cerebro chocan las ideas,
y al contacto nervioso de sus dedos
hablan y gimen las ebúrneas teclas.
Ta, ta, ta, ta, la gota en sus oídos
un eco sensorial así despierta,
la, la, la, la, y en dulce melodía
en el piano se plasma su tristeza.
Los relámpagos múltiples desgarran
la túnica de nubes de la esfera,
y el retumbar horrísoro del trueno
es la terrible voz de la tormenta.
Aquel pavor que la borrasca inspírale
toma la forma de visiones tétricas,
perdió toda la noción de la Cartuja
no puede precisar dónde se encuentra.
Ve su propio cadáver como flota
en una charca tenebrosa, negra,
que formaron las aguas torrenciales
en lo más elevado de la sierra.
¿Es agua lo que cae de los cielos?
¿Honda lamentación que el mundo anega
cuando la Humanidad bañada en lágrimas
sus dolores nostálgicos expresa?
Sincronizando con las dulces notas
la lluvia pertinaz oye en su celda,
la música no extingue su tormento
y en un sollozo su emoción se quiebra.
Contra el destino inútil es la lucha,
contra el dolor es vana toda queja,
la frase musical vibra en el aire,
y el alma del artista se serena.
Ya no rasgan relámpagos la atmósfera,
disminuye el fragor de la tormenta,
hunde Chopin el rostro entre las manos,
y al fin las gotas de la lluvia, cesan.

No hay comentarios.: