Yo quisiera
hablar de las caderas de mi abuelita
Cuando caminaba
parecía un baile
Me imagino a mi
abuelita caminando por Santurce preguntándose quién será el que pinta
fantasmitas en las paredes
El del
fantasmita un día se enamoró y llenó de corazones un mural, quise escribir una
historia, recontar el romance que me relataban las paredes, hacerle poemas a
esos fantasmitas que ahora se veían tan alegres. Pero como todo fantasma,
desapareció, y así también mi historia…
Mi abuelita
tenía los ojos como el cielo, esa era su mayor vanidad
Era bajita, muy
seria y siempre llevaba el pelo corto
como los gnomos esos
que usan tenis y gafas
Un día un
escritor se tomó una foto con uno de ellos
y pensé que los
gnomos eran un tipo de homenaje a la poesía.
El otro día vi
al chico de los gnomos y lo saludé, finalmente sé quién hace los gnomos,
su novia de
lejos se reía, yo me preguntaba qué se sentirá que tu novio sea conocido por
sus gnomos. No importa, la gente siempre se conoce por algo y los gnomos se
visten bien.
Mi amiga Ana
María dejó lo de las industrias pecuarias para ponerse a pintar animales
rarísimos en las paredes. Mi abuelita lo único que escribía en una pared eran
los números de bolita que quería jugar en la Plaza del Mercado. En esos momentos
Yauco no tenía grafitis en ninguna parte. Si mi abuelita hubiera conocido a su
tocaya seguramente hubiese pensado que su elección profesional no tenía sentido.
Y es que mi
abuelita era muy práctica, venía de una época en la que se cosía su ropa, mataba
el animal que iba a comerse, y si había que serruchar, se hacía.
Un día me tomó
de la mano y la apretó: qué me pasa, sé que es algo con la cabeza…
Mami no quería
que ella supiera lo del Alzheimer’s.
Es que te estás
poniendo vieja, lo que tienes es que estar tranquila.
Mi abuela no me habló
así de sincera nunca más, se quedaba mirando hacia afuera a través de la
ventana, moviendo sus dedos muy de prisa.
Me gustaría que
el de los fantasmitas regresara y pintara las paredes de detrás de mi casa. Así
cuando yo mire por la ventana, veré sus fantasmitas y pensaré que aún sigue por
ahí y que una vez estuvo enamorado.
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