viernes, noviembre 14, 2014

Homenaje a una cosmonauta o lectura a Cosmogonías y otras sales de Carmen R. Marín

Cosmogonías y otras sales es
·         Una revisión necesaria del mito (de esos mitos que nos conforman- porque nos conformamos o nos obligaron a resignarnos)
·         Una invitación a la reescritura (a reescribirnos un nuevo origen primitivo y primario, una nueva literatura, un nuevo discurso que nos oriente sin tachar ni tapar los oprobios pasados)

Cosmogonías y otras sales es
·         Recuperar la presencia ancestral de lo femenino en el centro de lo primigenio (cuando la biología, el sentido común y la sensatez toman conciencia de esa memoria del pasado, de lo pasado, de lo que nos pasó)
·         Una relectura a la palabra, al misterio que nombra la experiencia (una pregunta, la pregunta que pregunta)
·         Una celebración, una burla y un señalamiento (porque a veces la seriedad de reírse es empoderarse y celebrar la conciencia de lo que nos hace ser)
·         La serpiente mordiéndose el rabo (más allá del comienzo, más acá del final, la eternidad es hoy)
·         Es la muerte que nos hace renacer como si viéramos por primera vez la historia colectiva de nuestra vida, una vida madre muerte mujer; una vida hecha estatua de sal (así de sabrosa, y ardiente, arde la piel que recuerda el dolor, arden los labios con el sabor, con el recuerdo, la mera mención)


Cosmogonías y otras sales es
·         Descubrir el comienzo del mito, del nuestro, del suyo, del mío, pero es una mirada al comienzo con esa misma transparencia de una voz poética, poderosa, amante (una diosa mira el inicio y nos lleva de la mano a ver que es de todos el mismo inicio)

“Tanta tristeza no debe salir del cuerpo,” nos dice porque Cosmogonías y otras sales puede ser un tumulto de tristezas que amotinadas y saladas juegan a ser cantos musicales y a ser cantos, pedazos de una realidad más que posible, más allá del bien y el mal, según lo diría un filósofo que no tuvo la suerte de leer este libro.

Hay una colección de cicatrices y victorias que forman su propia cosmogonía (la sal de la vida), el dolor y la resiliencia son espacios poderosos de reflexión, lucha y renacimiento. Y es que Cosmogonías y otras sales es la propia ciencia, la propia religión, el propio comienzo, el propio porqué, nuestro, suyo, mío…

Cuando traté de escribir todo me salió hecho verso porque Cosmogonías y otras sales –como dije– es una experiencia que traduce poesía, una experiencia poética. Muchas felicidades y muchas gracias por hacerme partícipe de este descubrimiento tan doloroso, tan poderoso y feliz. Enhorabuena.



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