De niña
creía con fe
(sin
acento, pero con una genuina convicción)
que si pensaba lo suficiente
si imaginaba con fuerzas
podía
cambiar las cosas
A veces
podía salirme de mi cuerpo y verme
otras insistía
en que podía si bien quería
podía aparecer
en otro lado, en otro tiempo
en otro cuerpo
El tiempo
inevitable pasó,
la vida (que
siempre ha ido impaciente conmigo
y en
ocasiones hasta traicionera)
hizo que
pensara otras cosas
Hoy por hoy
sé que eso fue lo que pasó
-eso de
imaginar lo suficiente
lo necesario-
y aquí
estoy:
escribiendo
versos
narrando…
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