lunes, marzo 21, 2016

Sapos

Nunca te acerques a un sapo, figura despreciable y espantosa. En sus largas patas gelatinosas esconden unas garras afiladas que desmiembran a cualquier ser por grande y colosal que sea. Su deformidad corporal es cuna de una gama de males que incluyen el envenenamiento, las verrugas, la ceguera y la flatulencia. Los sapos son los animales más detestables del trópico, su croar desencadena maldiciones y maremotos, sus fauces guardan una baba torrencial de propiedades ácidas y fétidas que camuflan unos colmillos retorcidos desgarradores. Tanto asco en un cuerpo diminuto y de proporcionales abismales. Son totalmente espantosos, pueden orinar a quienes se les antoje y dejarles una peste de siglos que luego toda una estirpe hereda. He sido sapo muchas veces. Si te les acercas se multiplican mágicamente con su poder de hechiceros malignos. Y si te acercas aún más saltan de golpe todos juntos, cayéndote encima, abriendo sus grandes bocas en una croar, llenándote de su baba hedionda y espesa y en un parpadear te convierten en uno de ellos. Nunca te acerques a un sapo.


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