Nunca te acerques
a un sapo, figura despreciable y espantosa. En sus largas patas gelatinosas
esconden unas garras afiladas que desmiembran a cualquier ser por grande y
colosal que sea. Su deformidad corporal es cuna de una gama de males que incluyen
el envenenamiento, las verrugas, la ceguera y la flatulencia. Los sapos son los
animales más detestables del trópico, su croar desencadena maldiciones y
maremotos, sus fauces guardan una baba torrencial de propiedades ácidas y
fétidas que camuflan unos colmillos retorcidos desgarradores. Tanto asco en un
cuerpo diminuto y de proporcionales abismales. Son totalmente espantosos,
pueden orinar a quienes se les antoje y dejarles una peste de siglos que luego
toda una estirpe hereda. He sido sapo muchas veces. Si te les acercas se
multiplican mágicamente con su poder de hechiceros malignos. Y si te acercas
aún más saltan de golpe todos juntos, cayéndote encima, abriendo sus grandes
bocas en una croar, llenándote de su baba hedionda y espesa y en un parpadear
te convierten en uno de ellos. Nunca te acerques a un sapo.
vuelo, a veces lo siento y me lo creo y me veo a media sonrisa... volando
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