Cómo se puede seguir viva y morir tanto, tantas veces. Cómo
se puede sentir con tanta intensidad y entonces como por decisión, no sentir
ya. Hacer cosas terribles y dejarlas en ese cuarto oscuro, en esa fosa común,
en ese quicio, y seguir. Es como las palabras que bien significan y bien no,
que se escuchan o se borran, se mal pronuncian o se entonan en medio del monte,
de un campo, palabras en medio de la noche y del quiebro. Entonces silencio, un
pasadizo, así, se puede ser terrible, se puede matar y morir muchas veces y
como por decisión, no pesar en ello, como siquiera hubiese sido ni siquiera
una idea.
Tras el gesto hay la posibilidad de que no sea nada. Así…
así… entonces desbordarse, explotar y revolverse, como si no hubiera nada
porque nunca lo hubo.
Es como el amor, se siente tanto y se decide que ya de
pronto no es; tanto como el odio, tanto como el horror que siento cada vez que
me equivoco tanto. Pero así como por decisión, sigo ilesa, incólume, íntegra,
como si nada hubiera sido siquiera una idea.
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