lunes, enero 08, 2018

De la rabia

Murió por chota, decía un comentario y todavía me resuena como un puño en la cara y todavía me causa la misma rabia, como si me hubiesen pegado bien duro en pleno rostro. Una vez le di clases a un estudiante que estaba en probatoria y anotaba cuando llegaba tarde. Ah, me vas a meter en problemas, me reprochó. Tengo que pasar lista, le contesté. ¿Y tienes que hacer lo que te dicen?, insistió. Yo lo miré entre incrédula y contrariada. Ese día no había sido un puño, pero el reproche del estudiante y el comentario imprudente me parece que provienen de una misma lógica. Y es desde esa esquinita, que es cruel y violenta, que el corrupto inescrupuloso y el maleantito de trastienda se igualan en la lógica. Como si las matemáticas pasaran por un algoritmo, y margen y centro se unan, y el círculo se convierte en infinito...

In memoriam Hiram Sánchez (1977- 2017)

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