La vida
siempre es injusta
pero creí
que con Tammy haría una excepción
o tal vez
la excepción era conmigo…
la realidad
es despiadada,
así
funciona
solo queda
el aire
y la
memoria con sus largos pasillos
que a veces
decoramos de angustia…
espero que
el amor y la alegría imperen siempre
es lo único
que queda: el amor
con sus
alas de fuego y garras de brisa, luna y océano.
Qué se hace
con la rabia;
sino
jardines laberínticos llenos de flores,
bastiones
de recuerdos que calmen la ira,
poemas
largos y torpes
que a
tropiezos musicales
nos llevan
de vuelta al comienzo
porque en
la pérdida no hay salida nunca;
solo
comienzos para verlo todo de nuevo
una y otra vez.
Por
Tammy
Estuve
comentando que aún me creo que cuando todo esto termine, llamaré en la mañana
siguiente a Tammy y le contaré cómo estuvo todo esto. La puedo imaginar
preguntándome, riéndose y hasta gritando con sorpresa. La supongo también
enternecida, y sobre esto me quiero detener: Tammy era una maravilla de ser
humano y así lo comprueba el apoyo colosal que hemos recibido en este proceso.
Mas volviendo a eso del enternecimiento que Tammy
sentiría o siente (en momentos como este, eso del tiempo verbal se vuelve otro enigma),
todo esto es un bello homenaje y testimonio de la gran comunidad afectiva que
mi hermana desarrolló, que la propia existencia le regaló y en ese sentido,
aprovecho el espacio para agradecer con todo mi ser, todas mis ganas y mis
fuerzas a ustedes, por tanto. Aquí las palabras no sirven de mucho para hacer constar
con toda mi humildad, el honor y la gratitud que siento. Si tan solo pudiera,
desde ya estaría enviándole screen shots a Tammy y contándole lo mucho que es
amada y por supuesto, lo mucho que la echaremos de menos…
Cuando me
llamó la paramédica desde el teléfono de Tommy Reyan, me resistí lo mejor que
pude a la noticia. Sin embargo, al darme cuenta de que después del verbo
“falleció”, en ese pasado tan perfecto e incólume, no había modo de convencerla
a ella de que me estaba diciendo un disparate; entonces, pedí hablar con Tommy…
Y sí, no había manera de cambiar el transcurso de lo que hoy nos trae aquí.
Pensé en
esa expresión “la vida es un regalo” y entendí a qué se refería: “la vida de
quienes nos rodean es un regalo para nosotres”; hay que aprovechar esa
causalidad de que nos reunimos en este plano, en las condiciones y bajo los
roles que sean. Mi amiga Heidi Anne Vera siempre me recuerda que la palabra
regalo y presente son sinónimos. Por más de 44 años, Tammy fue mi presente, mi
regalo, y en ese sentido, le agradezco haber sido quien fue para mí: hermana,
amiga, consejera, y hasta madre, muchas veces.
Empecé a escribir lo siguiente:
Cosas
que te sacan de carrera
de
Alexandra Pagán
Que se vaya
la luz cuando te queda poco tiempo para terminar las tareas
que
sencillamente se vaya tu luz
no saber a
dónde ir en caso de peligro
no saber a
quién decirle tu secreto más oscuro
no saber
qué hacer en los momentos más difíciles
ni tener a
quién consultarle
no poder
explicar por qué lo que conocías como futuro ya no es
ni poder
imaginar qué será de ti en tantas situaciones en las que antes tenías una idea
Y esa idea
era una persona
y esa
persona ya no está
al menos no
concretamente
solo te
queda imaginarla, recrearla
Así, las
memorias se vuelven bastiones de lo profundo
un arsenal
de consejos que se adaptan
palabras
que se cambian por otras
risas guardadas
en caso de lluvia
y el deseo
por poder cambiar el devenir de la historia
se vuelve
una obsesión
Tammy tenía la personalidad de un rayo
siempre le decía “baja la voz”
su voz era tridente y llama
amaba con tanta pasión
que me desesperaba
¿cómo es posible amar tanto y así?
¿cómo es posible tener tan buena actitud
tan buen corazón?
¿cómo es posible agenciar la felicidad
con la devoción de la ternura
tan fácilmente?
Quiero decir, ¿cómo es posible ser tan buena
gente
con tanta naturalidad?
Sin mayores convicciones que las de ser un buen
ser humano
Tammy era la persona más espiritual que conocía
Tammy no tenía prácticas religiosas
convencionales
que no fueran las de ser buena
buena madre, amiga, hermana, vecina, jefa,
amante…
Tammy no tenía un credo filosófico
que no fuera el de ver la bondad en todes
que no fuera el de ayudar como pudiera,
cuanto pudiera,
donde pudiera
Tammy no se medía
por eso su inmensidad
y era flaca
La Flaca para muchos
pero era colosal
tenía el peso de la buya y la algarabía
llenaba los sitios
a todo el mundo conocía
a todes les contaba su última buena nueva
como si les conociera de por vida
y así mismo, la gente le confiaba su vida
como si así también la conocieran
Nunca sentí celos de la atención que daba o
recibía
solo me disgustaba cuando tenía apuro
porque con Tammy había que armarse de paciencia
en lo que saludaba y se despedía
en lo que llevaba y traía a alguien
o algo a alguien
le decía “tú deberías ser relacionista pública”
porque la verdad que ella no tenía el corazón
ni las malas mañas como para meterse en la
política
además, ya de entrada era la alcaldesa de donde
fuera que viviera
de donde fuera que estuviera, aunque fuese por
un momentito
Plantas, caracoles, café, playas desoladas,
gente
eso era Tammy
Tammy era lluvia, arcoíris y atardecer
Tammy era luz incandescente
Era mar profundo
aunque nunca supo nadar
y le aterraba no pisar fondo
Tanto era su calor
que siempre detestó el frío
y no aguantaba la menor brisa fresca
Era de sentir el sol
de hacer pactos con la Luna
por el bien de sus plantas
que, como ella, eran generosas
algunas veces requerían la atención intensa que
ella daba
porque Tammy creía en la reciprocidad
pero nunca se detenía en ser generosa y amable
Hoy recuerdo sus patas flacas
sus pies largos con puntitos blancos en el dedo
gordo
tengo la vívida imagen de sus manos, de sus
uñas
Tammy tenía los cachetitos más suaves que he
visto en un rostro
de niña, ella me extorsionaba para que le
buscara cosas en la cocina
entonces me permitía darle besitos o acariciarles
esos cachetitos
tan tersos, suaves
aun tras la muerte quitarle la tensión y el
calor
los cachetitos mantuvieron su suavidad
y aun parecía
que en su cuerpo residía
ese amor y gritería
que yo por boba le decía “bájale, Tammy,
bájale”
Hoy me digo, le digo, “no le bajes nada, Tammy,
métele”
Desde chiquita siempre me pareció hermosa
y loca, también loca
porque algo de locura debía tener
para ser así: tan ella
a pesar de todo, ella era fiel a ser ella:
algarabía caracolas luz lluvia café bastión mar
arsenal palabra risa rayo atardeceres pasión voz amor bondad buya plantas llama
inmensidad playas arcoíris gritería calor locura corazón sol vida
VIDA
Aun en la
perfección del verbo “falleció”
“Tammy, serás siempre VIDA”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario