domingo, abril 17, 2016

de lo absurdo


Siempre hay algo de absurdo en los desencuentros
ese derroche con sus lamentos de ternura
la posibilidad que hay en un escombro
las veces océano y mirada
las veces puente,
mi amigo Eddie se empeña en encenderlos en fuego
la realidad y su entrepierna
sus patas de cucaracha voladora
sus cabellos de casualidades
de picos y parajes y estaciones de viento

Siempre hay algo de ridículo en pensar
echar el rostro en cierto ángulo
y soltarse en esa niebla densa
nunca nieve
nunca tormenta
aguantarse
ponerse las tormenteras y sonreír
hay veces que es cuestión de programarse
como chip
como televisor
como corazón herido diseccionado en alas

Las más veces yo
que pienso
te me digo es cuestión de moverse
es cuestión de no pensar
te me digo es cuestión
cuestión de eso de aquello
siempre

me siento culpable cada vez que me desdoblo
veo ese otro paraje y me veo a ti
siento me que te envío mensajes confusos
que no con la realidad tuya esa que mía
las veces que he querido entrar a esa realidad tuya
los transeúntes me miran con cierta burla
saben que no sé qué hacer
dos mundos que se unen en mí y a veces
tengo sueños

corporeidad/temporalidad/acción/pasión
salida yo tú que me fijo en un espacio
yo tú que me arrojo al vacío
que tú yo somos un ese espacio
y a veces sueño

siempre hay algo de mágico en los desencuentros
la línea del tiempo se relaja en un bostezo de sol
y yo me aterro
me aferro a ese tú que yo que ahí que aquí

si algo he aprendido de ese batir de alas
es que tras el desencuentro nos vemos
cíclopes dorados en la risa del tiempo


Ilustraciones de Sergio Mora



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